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En este capítulo examinaremos los ciclos de vida y modos reproductivos de algunas algas que no son clasificadas como plantas verdaderas, pero que están relacionadas taxonómicamente al ser todos poseedores de cloroplastos de primera endosimbiosis, los cuales son dos linajes, los rodófitos o algas rojas y los glaucófitos (De Clerck, Bogaert, & Leliaert, 2012; Hackett, Su Yoon, Butterfield, Sanderson, & Bhattacharya, 2007; Kim, Park, Bhattacharya, & Yoon, 2014; Ragan & Gutell, 1995).
Son un grupo primitivo de pequeñas algas unicelulares esféricas
que presentan una coloración similar a las algas glaucófitas que va de verde a
verde azulada (o verde cian). Se caracterizan por ser extremófilas debido a su
condición termoacidófila (son termófilas e hiperacidófilas), habitando en aguas
termales, calderas volcánicas y algunos entornos ácidos producto de la
actividad humana, mostrando además resistencia a la presencia de metales
tóxicos. Su reproducción es asexual por división mitótica, formando en ocasiones
endosporas en número y a veces hasta 16 células hijas. Son organismos muy
simples, y en la mayoría de ocasiones poseen un solo cloroplasto y una sola
mitocondria, los cuales se reproducen por división sincronizada entre la célula
y estos mismos organelos. La simplicidad de estas algas estaría en relación con
la pérdida evolutiva de genes. Se estima que Cyanidiophytina habría perdido veces más genes que Rhodophytina. Las algas rojas poseen dos
tipos de ciclo de vida dependiendo de la especie, pero aunque ambos involucran
la alternancia de generaciones, uno es más complejo que el otro, además de que
las estructuras cambian (CHAPMAN, 1961; L. E. Graham, 1985; Searles, 1980).
Esporofito
El cuerpo somático dominante es el esporofito diploide, que se trata
de una estructura macroscópica y pluricelular, pero con carecía de una
estructura tisular altamente especializada, lo cual es análogo a muchas algas
verdes verdaderas. La función del esporofito es la producción de esporas
sexuales al interior de esporangios, además de poder sobrevivir hasta la edad
reproductiva, siendo la estructura dominante que debe soportar la mayor parte
de la selección natural. La principal ventaja de las algas oceánicas es que no
deben preocuparse por la disponibilidad de agua, de forma tal que el principal
propágulo reproductivo son las esporas, las cuales al estar maduras se liberan
en forma de zoosporas.
Zoosporas
Estas zoosporas son células de la generación gametofítica, pero
no son gametos, sino estructuras que al encontrar un sustrato adecuado
proliferaran para dar lugar a los gametofitos. Estructuralmente se asemejan a
zoosporas de otros protistas, poseen dos flagelos, uno con estructuras
semejantes que se describen como vellos, y otro flagelo liso. Al ser zoosporas
están pueden nadar activamente hasta encontrar un sustrato adecuado.
Gametofito
Los gametofitos son microscópicos, siendo de unos cuantos
cientos de células. Por lo general estamos tratando con ciclos dioicos, por lo
que cada espero producirá un gametofito de un sexo específico, siendo uno
generador de machos y otro generador de hembras. Una vez que los gametofitos
han proliferado lo suficiente deben iniciar la especialización de algunas de
sus células en la espermatogénesis y la ovogénesis. La estructura reproductiva
masculina se denominará anteridio y liberará espermatozoides que nadarán
atraídos por feromonas a la estructura femenina denominada ovogonio.
Gametos
La fecundación ocurre en los ovogonios, donde los óvulos
permanecen inmovilizados. Estas algas son por lo tanto de tipo anisogámicos,
donde los gametos masculinos se caracterizan típicamente por tener menor
calidad de citoplasma, ser móviles y ser producidos en mayor cantidad, además
son de tipo zoospórico con un flagelo liso y otro con vellos; mientras que el
gameto femenino se encuentra inmovilizado, posee mayor calidad de citoplasma y
se produce en menores cantidades.
Parasitismo generacional
La fecundación da lugar rápidamente a la generación esporofítica
diploide, pero el gameto no es protegido ni convertido en un propágulo, en su
lugar inicia su crecimiento aprovechando nutrientes que fluyen desde el
gametofito, y por tanto algunos autores denominan a este tipo de relaciones
como parasitismo generacional. En este sentido la generación diploide obtiene
nutrientes de la generación gametofítica en mayores cantidades hasta que la
mata. Esto se da porque el esporofito crece muchos miles de veces más que el gametofito
aplastándolo en cualquier caso.
Ciclo de vida
Figura 4. Ciclo de vida de las algas
dígenas.
Al madurar lo suficiente, el esporofito (1) dominante genera
esporangios (2) en su interior o bordes a nivel microscópico. Las células al
interior de los esporangios realizan la meiosis (3) produciendo esporas
sexuales dioicas (4). Unas esporas regeneran (5a) al gametofito masculino que
al madurar genera anteridios (6), este anteridio posee capacidades
regenerativas limitadas (5b) en caso de daños mecánicos, pero formalmente sus
propágulos son los espermatozoides de tipo zoospora (7). Las zoosporas también
pueden regenerar gametofitos femeninos que al madurar generan el ovogonio (8),
el cual produce óvulos inmóviles en sus vértices (9). La fecundación (10)
ocurre sobre el ovogonio y el cigoto no se propaga (11a). En lugar de ello, el
nuevo esporofito se regenera (12a) encima del viejo gametofito, alimentándose a
sus expensas, gasta que crece y lo aplasta, formando el esporofito maduro (1),
el cual también puede regenerar partes dañadas (11b).
Las algas rojas trigénicas poseen un ciclo de vida relativamente
complejo, que involucra la formación de tres tipos de talos somáticos
diferentes.
Tetrasporofito
Es el primer talo y el más dominante, perteneciendo a la
generación diploide. En consecuencia, es la estructura que debe afrontar la
mayor parte de la selección natural. Al microscopio el tetrasporofito es
semejante al talo del gametofito. Cuando el tetrasporofito madura produce los
tetrasporangios. En el interior de los tetrasporangios, las células son
inducidas a realizar la meiosis, produciendo las esporas que inician la etapa
haploide del ciclo de vida. Las tetrasporas del ciclo trigénico son muy
diferentes, pues carecen de flagelos, por lo que dependen de las corrientes
para dispersarse, pero al igual que las zoosporas sexuales del ciclo de vida
anterior, se desarrollan en estructuras dioicas de sexos separados que
denominamos gametofitos.
Gametofito
Los gametofitos masculino y femenino en este caso no son
aplastables, ya que crecen casi a la par con el esporofito, y poseen una
estructura macroscópica similar. El gametofito masculino prosigue con la
espermatogénesis en estructuras especializadas denominadas espermatogonios. Los
espermatogonios se asemejan a grupos de uvas muy densos, cada espermatogonio
contiene un solo espermatio que funcionará como un gameto inmóvil. La
estructura reproductora femenina es denominada carpoginia, y es producida en el
talo del gametofito femenino. Cada carpogonio contiene una única célula que se
ve como si fuera una botella microscópica con un cuello largo denominado
tricogino, la función del tricógino es la de ser como una caña de pescar a la
cual se pegan las espermatias cuando pasan cerca, cuando se fecunda el óvulo en
el interior del carpogonio esta estructura desaparece. Un solo núcleo en la
base del carpogonio funciona como un gameto único, el óvulo.
Fecundación
Debido a que los espermatio no poseen flagelos, depende
exclusivamente el flujo estocástico de las corrientes para poder alcanzar el
talo femenino, donde se encuentran los óvulos. Si un espermatio llega lo
bastante cerca de un tricogino, las paredes de ambos se rompen, permitiendo que
el núcleo haploide del espermatio migre al núcleo del óvulo, permitiendo la
cariogamia y la formación de la primera célula de la generación diploide
denominada cigoto.
Propágulos sexuales
Tal vez la diferencia más marcada de los ciclos digénicos y
trogénicos, es el destino del gametofito y del cigoto. En el ciclo anterior
vimos que el cigoto crece como un parasito de su gametofito y no se transforma
en un propágulo reproductivo. En el ciclo trigeno la cosa es diferente, pues el
cigoto se desarrolla en una estructura denominada quistocarpo. Cada quistocarpo
resulta del desarrollo combinado del embrión, un pericarpio que es un grupo de
células producido por el gametofito femenino alrededor del embrión. Cuando el
embrión se desarrolla se denomina carposporangio el cual al combinarse con el
pericarpio femenino da lugar al quistosporangio. En esta etapa se da una
reproducción asexual obligatoria en la cual el embrión único da lugar a muchas
esporas denominadas carposporas, las cuales son liberadas al medioambiente.
Cuando la carpospora llega a un sustrato adecuado, germina para dar lugar al
tetrasporofito.
Ciclo de vida
Figura 5. Ciclo de vida de las algas
trígenas.
A pesar de todo, el ciclo de vida dígeno y trígeno es bastante
semejante, las diferencias radican en gametofitos grandes, que no mueren
aplastados y en que el embrión da lugar a esporas que funcionan como propágulos
asexuales.
Iniciamos el ciclo de vida con el cuerpo somático o talo
denominando tetrasporofito, que, aunque lleva un nombre más complicado, funciona
como cualquier esporofito (1), generando estructuras especializadas llamadas
tetrasporangios (2), donde ocurre la meiosis (3). El resultado son tetrasporas
(4) que flotan en el agua. Las tetrasporas son sexuadas, por lo que algunas
regeneran mitoticamente (5a) un gametofito masculino (6) o un gametofito
femenino (9). Ambos gametofitos son somáticos y semejantes al esporofito. El
gametofito masculino genera estructuras donde se genera la espermatogénesis
llamadas espermatangios (7) que producen las espermatias (8) las cuales flotan
en el mar hasta encontrar un gametofito femenino de la misma especie. El
gametofito femenino genera carpogonios (10) que están equipados con una caña
para pescar las espermatias llamada tricógino. Cuando un tricógino pesca una
espermatia se da la unión (11). La unión es un proceso complejo que permite la
fusión plasmogámica de la espora y el carpogonio permitiendo el ingreso del
núcleo masculino.
Con la cariogamia (12) que ocurre inmediatamente se forma un
cigoto (13) que va a desarrollar una estructura llamada quistocarpo (14). El
quistocarpo es el propio carpogomnio que empieza a cambiar, pierde el tricógino
y se combina con el quistoicarpo que en lugar de crear un individuo único lo
que hace es una mitosis para generar esporas asexuales. Cuando las esporas han
madurado la estructura se denomina carposporangio (14), y sus esporas se
denominan carposporas (15), las cuales pueden regenerar mitoticamente (16) el
tetrasporofito.
Lamentablemente no hay información disponible a cerca de los
glaucófitos con respecto a sus ciclos de vida, sin embargo, al ser algas
unicelulares es posible que tengan ciclos de vida semejante a otros protistas
de vida libre. En estos casos una célula de vida libre realiza la meiosis y
libera cuatro gametos, los cuales buscan a otros para combinarse y generar un
cigoto que a su vez desarrolla nuevamente a la célula somática.
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