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de las semillas) (Ciclo
de vida de las angiospermas) (Referencias
bibliográficas)
Al igual que las gimnospermas, las angiospermas son heterospóricas, produciendo dos tipos de esporas, sin embargo, estas no son liberadas directamente, en su lugar se desarrollan en el interior del esporofito, ya sea para producir un arquegonio muy pequeño en la parte femenina de la flor, o produciendo los granos de polen. Sin embargo, a diferencia de los conos de las gimnospermas, las angiospermas poseen un órgano altamente especializado para la producción de semilla, y esta a su vez es producida encerrada en una superestructura llamada fruto.
Figura 46. La flor. La flor es una adaptación reproductiva, generada con el fin de manipular a otros seres vivos por medio de la simbiosis, de esta manera se generan vectores de transmisión de polen, evitando tener que producir tanto polen como las gimnospermas.
Figura 47. El pasto. El pasto es una
planta con flor, pero dichas flores se encuentran protegidas y fuera de la
vista.
La fertilización de las angiospermas es uno de los procesos
más complejos, ya que interviene un proceso llamado fertilización doble. Sin
embargo, antes de hablar de ello, ahondaremos un poco más en la anatomía de la
flor. De todas las plantas superiores, las plantas con flor o angiospermas son
las que reciben una mayor atención por parte de los textos botánicos, esto se
debe a dos razones principales, son extremadamente diversas y muchas de sus
especies son de importancia civilizadora para nuestra sociedad moderna (Ames, 1963; Chang, 1987; Harshberger, 1896; Karling & Beuschlein,
1956; Mattu, 2017).
Para no ir más lejos el arroz es una de las plantas de cultivo más importantes
del mundo, también es un tipo de pasto y una angiosperma.
En esta serie de artículos realizaremos un breve análisis de
la estructura, las partes y algunas modificaciones de las flores. También se
realizará una breve descripción de los grupos principales de angiospermas basado
en la estructura de la semilla. Posteriormente se ahondará en el desarrollo de
la flor en los frutos, así como en su anatomía y fisiología generales.
Finalmente se realiza una descripción de la estructura y la función de la
semilla. Esta secuencialidad tiene que ver con el ciclo de vida de las plantas
con flor, ya que la flor se convierte en el fruto que a su vez contiene las
semillas, que en últimas son las estructuras de propagación y resistencia.
El número de especies de plantas con flor varía entre 250.000 a 400.000 debido a que muchas aún no han sido catalogadas y también a la facilidad con que las nuevas especies pueden evolucionar en este linaje de seres vivos. En comparación con los musgos con 12.000 especies conocidas, los helechos “y parientes” con 11.000 especies, mientras que el número de especies de gimnospermas apenas sobrepasan las 100 especies vivas. Por mucho son las plantas más diversas a pesar de haber surgido recientemente en el registro fósil (Brock, 2014; Henry, 2005; Soltis & Soltis, 2014).
Figura 48. Las flores más pequeñas. Flores de Wolffia columbiana, las cuales son diminutas
Figura 49. La flor más grande.
Flores de Rafflesia arnoldoni que son muy grandes
La mayoría de las especies aun no descritas se encuentran en los trópicos o en lugares de difícil acceso. Las flores mismas pueden variar entre miniaturas de 0.5-0.7 milímetros como en Wolffia columbiana (Figura 48), hasta flores enormes de hasta un metro y pesos de 9 kilos como en Rafflesia arnoldoni (Figura 50).
Figura 50. Tamaño de Rafflesia arnoldoni comparado con dos
niños humanos.
A pesar de ser las más jóvenes en el registro fósil su
amplia diversidad creó un desconcierto para los primeros darwinistas, pues el
propio Charles Darwin describió su origen y evolución posterior como un
“abominable misterio”, hoy tal misterio permanece en su origen último, mas no
en su diversificación posterior (Cascales-Miñana, Cleal, & Gerrienne, 2016;
Davies et al., 2004; Edwards, 2014; Friedman, 2009; Oliver, McCOMB, &
Greene, 2014; D. E. Soltis, 2016).
Más allá de su origen último que como en la mayoría de los
orígenes, se depende de la evidencia fósil, el abominable misterio hace
referencia a todo el proceso evolutivo de las plantas con flores que aparenta
un sistema discontinuo y a saltos. La razón para esto es que las flores de las
plantas con flor poseen una mala tendencia, o buena según sea el punto de vista,
que evitaban todas las plantas predecesoras, y es la autofertilización. Las
flores hermafroditas de las plantas con flor tienden a la autofertilización,
pero no autofertilizaciones cualquiera, sino a autofertilizaciones entre
gametos no disyuntados, que provoca la formación de poliploides. Las semillas
poliploides generan automáticamente una pequeña población nueva, y debido a las
copias extras cromosomales, las primeras generaciones se ven protegidas ante la
acumulación de mutaciones deletéreas por una compensación de dosis cuádruple.
Adicionalmente los mecanismos de reparación genéticos provocan alteraciones
secundarias, que generan la especiación instantánea (Buerki, Forest, & Alvarez, 2014; Cascales-Miñana, Cleal, &
Gerrienne, 2016; Crepet, n.d.; Debate, 2012; Magadum, Banerjee, Murugan, Gangapur,
& Ravikesavan, 2013; Moghe & Shiu, 2014, 2014; Oliver, McComb, &
Greene, 2013; Roulin et al., 2013).
Esta especiación instantánea y cambios rápidos en las
primeras generaciones aceleran el tempo evolutivo de las plantas con flor,
provocando que evolucionen rápido y que se diversifiquen en periodos de tiempo
geológico muy cortos en comparación con otras plantas, de allí el abominable
misterio, para Darwin la evolución debía ser un proceso lento, dado que no
conocía los mecanismos genéticos que permiten que el proceso evolutivo se dé,
sin embargo las condiciones genéticas y anatómicas exclusivas de las plantas
con flor han servido como un acelerador a marchas forzadas de su evolución y
adaptabilidad.
Las plantas con flor son vitales para el ser humano, sin importar si su civilización es tribal o sedentaria. Muchas sociedades tribales dependen de frutas silvestres para completar sus dietas, y esos frutos son producidos por plantas con flor.
Figura 51. Seguridad
alimentaria. Las plantas con flor, especialmente los pastos Poaceae son
la base de la civilización moderna.
Las sociedades nómadas de pastores también dependen de las
plantas con flor de forma indirecta, esto se debe a que los pastos son de hecho
plantas con flores y frutos. El ganado se debe alimentar de estos pastos
constantemente, y por eso deben movilizarse por enormes extensiones de terreno
para encontrarlo, ejemplos de este tipo de sociedades son los mongoles, y
algunas tribus aún sobreviven con este estilo de vida.
La importancia es mucho más capital en las sociedades
sedentarias, de hecho, sin la domesticación de una serie de pastos la
civilización sedentaria hubiera sido imposible. De hecho, la mayor parte de la
humanidad depende de tan solo 11 especies de pastos de la familia Poaceae, los cuales suplen cerca del 80%
de la biomasa alimentaria mundial. Algunos ejemplos son el arroz, el trigo, la
cebada, el centeno, el maíz, la avena y el sorgo (Clayton & Renvoize, 1986;
DeWet, 1981; Khush, 2016; Lapierre & Signoret, 2004; LU & Ellstrand,
2014; Stallknecht, Gilbertson, & Eckhoff, 1993; Watson, 1990).
Lo primero que se hace evidente es la estructura externa de la flor, así que vamos a ver un poco de su diversidad anatómica y funcional. La flor es una estructura con una variabilidad extrema. Sus colores pueden ser cualquiera de los del arcoíris y más, esto se debe a que los polinizadores pueden detectar radiaciones electromagnéticas de mayor amplitud y con mayor precisión que el ojo humano. Las flores pueden tener cualquier textura vegetal, desde una textura suave y transparente de láminas muy finas, hasta texturas de cuero acartonadas, o incluso más duras. Otras pueden ser aterciopeladas o incluso húmedas al tacto o pegajosas. Las flores de muchos árboles y pastos no son conspicuas y carecen de olores característicos, pero otras flores son maravillosamente bellas, particularmente cuan son examinadas con un microscopio. Los patrones de coloración cambian dependiendo del filtro de luz con que las miras, una flor puede presentar patrones completamente diferentes vistas con un filtro que permite ver el ultravioleta.
Figura 52. Belleza escondida. Dependiendo de cómo
podamos ver la radiación electromagnética, una misma flor poseerá un diferente
patrón de color.
Las fragancias de las flores también son inmensamente
variables, algunas son extremadamente placenteras y otras huelen a carne en
putrefacción. De hecho, muchas de estas fragancias son la base de las industrias
de aromas y perfumes.
Figura 53. Flores bajo tierra.
Flor de Rhizanthella gardneri, planta parasítica que ataca a algunos
hongos.
Varios años atrás, un granjero australiano llamado Jack
Trott mientras araba su plantación empezó a notar un patrón de lo más extraño
en su campo, era como si existieran flores bajo la tierra y él no se hubiera
dado cuenta. Cuando se bajó de su tractor y miró más de cerca se dio cuenta de
que lo que veía no era meramente un patrón al azar, en efecto se trataba de una
flor bajo tierra. Más aun, la planta de la cual germinaba era completamente
pálida y no poseía ningún tipo de clorofila. El reportó su descubrimiento a una
Universidad donde los botánicos determinaron que el granjero se topó con la
primera especie de planta con flor que crece bajo tierra, y una de las pocas
plantas con un modo de vida mico-heterótrofo, fue denominada Rhizanthella gardneri (Balogh, 1982; Dixon,
2003; Mursidawati, 2004).
La planta misma era una orquídea que vive de parasitar a un
hongo extrayéndole sus nutrientes por medio de una micorriza y es polinizada
por pequeñas moscas que tenían acceso a sus flores por medio de las grietas que
se desarrollan durante la temporada seca. Aunque las orquídeas parásitas no son
raras, si lo son aquellas que son parásitos obligados sin clorofila, y peor aún
aquellas que parasitan a los hongos.
Una especie única denominada la flor cadáver Amorphophallus titanum (Gandawijaja, Idris,
Nasution, Nyman, & Arditti, 1983)produce una inflorescencia que
merece mención a parte debido a su tamaño y olor particularmente desagradable.
La inflorescencia misma puede abarcar dos metros, la cual protege a un grupo de
flores en su interior. El retoño emerge del suelo y puede permanecer oculto por
décadas.
Los escarabajos carroñeros piensan que es un cadáver debido a su aroma semejante a la carne en putrefacción, por lo que presumiblemente son los principales polinizadores, al viajar de una flor a otra. La rareza y espectacularidad de la flor cadáver inspira a espectadores curiosos a visitar una de estas rarezas botánicas en los jardines botánicos alrededor del mundo. Esto se debe a que solo se han reportado poco más de 100 retoños de esta flor.
Figura 54. Flores con olor a muerto. El ecoturismo podría salvar a la flor más grande del mundo (YouTube).
Figura 55. Flores pálidas. Estas flores pertenecen a plantas sin clorofila parásitas de
hongos-árboles micorrízicos. También cabe resaltar que las plantas con flor
poseen metabolismos de una productividad superior como es el caso de las
plantas CAM y C4. Adaptabilidad de las plantas con flor o angiospermas
Las plantas con flor habitan ambientes tan diversos como sus
formas. Algunas plantas epifitas entablan relaciones simbióticas con otras
plantas, dentro de todos los rangos, algunas como comensales y otras como
parásitos (Joel, Gressel, & Musselman, 2015; Musselman, Press, Press, &
Graves, 1995).
Las orquídeas tienden a formar este tipo de relaciones, aunque sus flores
pueden llegar a ser muy bellas.
También pueden sobrevivir tanto en agua dulce como en agua
salada, pueden aferrarse a muchas superficies difíciles como las grietas de
rocas y edificaciones, pueden sobrevivir en ambientes con baja disponibilidad
de agua como en los desiertos cálidos o en los desiertos fríos de la tundra.
Algunas pueden tolerar temperaturas de hasta 43°C y otras pueden soportar hasta
-18°C. De hecho, pueden encontrarse especies de plantas con flor prácticamente
en cualquier parte, incluso en ambientes sin luz. Sin embargo, debido a la
estructura general de sus hojas, la mayoría de las especies se encuentran
particularmente adaptadas a los trópicos.
Las plantas con flor pueden ir desde la germinación de la semilla hasta la primera reproducción de la planta adulta en menos de un mes o en más de 150 años dependiendo de la especie. Las flores anuales generalmente viven en un ciclo anual, la planta nace, crece, se reproduce y muere en un año. Las plantas bianuales tardan dos años en completar sus ciclos de vida y morir.
Figura 56. Un árbol viejo. Las plantas con
flor no viven mucho en comparación con otros linajes, pero el higo de Sri Lanka
muestra el potencial de longevidad de un ser vivo.
Las plantas perennes toman varios años para desarrollarse y
pueden reproducirse por numerosos ciclos anuales. De hecho, la planta con flor
más vieja registrada fue plantada en el año de 288 después de Cristo y ha
vivido por más de 2.300 años, se trata de un higo “Ficus religiosa” de Sri Lanka llamado Jaya Sri Maha Bodhi (Chandrakanth & Romm,
1991; Kaur, Rana, Tiwari, Sharma, & Kumar, 2011; Sharma, Rikhari, &
Palni, 1999).
Tres grupos de plantas con flor han sido designados
clásicamente, las acotiledóneas o magnolidas, las monocotiledóneas o magnoliopsidas
y las dicotiledóneas o liliopsidas. La distribución de especies no es
homogénea, cerca del 75% de las especies se clasifican como liliopsidas, el 23%
como magnoliopsidas y menos del 2% se clasifican como magnolidas. Al interior
de las 42 familias de plantas con flor más importantes, la mayoría pertenecen a
las Asteracea o compuestas, también
designables como la familia de los girasoles y parientes cercanos con 22.275
especies conocidas. La segunda familia más numerosa es la de las orquídeas con
21.950 especies conocidas. Las leguminosas poseen 19.400 especies, y los pastos
10.035 especies.
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