(Ciencias de Joseleg)(Biología)(Reproducción en los seres vivos)( Enfermedades reproductivas) (Introducción)(Generalidades)(Introducción al VIH)(Etapas de la infección por VIH)(Virus oportunistas)(Bacterias oportunistas)(Protistos oportunistas)(Hongos oportunistas)(Otros síntomas del SIDA)(Transmisión y contagio)(SIDA infantil)(Taxonomía)(Genética)(Como ingresa el VIH al cuerpo, tropismo)(Respuesta inmune)(Ciclo de vida del VIH)(Diversidad y adaptabilidad del VIH)(Diagnostico)(Efecto del VIH en el sistema inmune)(Prevención, tratamiento y epidemiología del VIH)(Descubrimiento del VIH y el SIDA)(VIH, historia y sociedad)(Controversias sociales y negacionismo del VIH y el SIDA)(Algunas infecciones de transmisión sexual)(Desordenes reproductivos masculinos)(Desordenes reproductivos femeninos)(Referencias bibliográficas)
Debido a la etapa de latencia del VIH cuando se tiene un muerto que da positivo para el virus uno debe calcular unos 10-20 años hacia atrás para la infección. En el año 2014 estudios computacionales han calculado que el origen del VIH se encuentra cerca de 1920 lo cual es congruente con otros estudios que lo presentaban cerca del intervalo de 1809-1918. La mayor parte de los estudios ubican geográficamente el origen de la infección en la ciudad de Kinshasa de la República Democrática del Congo. Esta ciudad se encuentra cerca de la costa occidental del África central (Faria et al., 2014; Hemelaar, 2012).
Figura 57. Robert Rayford. A pesar de
que el SIDA era ya una enfermedad diseminada en países africanos, el primer
paciente con un nombre propio es un caucásico -que ironía -Robert Rayford murió
en 1969 por problemas pulmonares, probablemente causada por la neumonía de P. jirovencii.
Las
primeras muestras del virus han sido encontradas en dicha ciudad de pacientes
que murieron en 1959 –lo que implica puntos de infección cerca de 1949 o
anterior. Específicamente dos muestras una proveniente de un hombre y otra de
una mujer revelan ser cepas del VIH-1 D y del VIH-1 A (Worobey
et al., 2008). La presencia de los subtipos
del VIH en muestras tan antiguas favorece la hipótesis de un origen cercano al
principio de siglo, ya que entre más antiguo es un virus más diversidad posee.
Desde este punto los casos confirmados del VIH son relativamente esporádicos,
pero muchos de ellos están relacionados con contactos con poblaciones
africanas. Algunos de los casos más famosos son: el paciente cogolés “1959” (Zhu
et al., 1998), Robert Rayford “1969” (Garry et al., 1988), Arvid Noe “1976” (Froland
et al., 1988), Grethe Rask “1977” (Lazarus
et al., 2013) entre otros.
Para 1981 la cosa se puso seria, especialmente por la prevalencia del VIH al interior de las comunidades de homosexuales de Estados Unidos. El 18 de mayo de 1981 un periódico gay llamado New York Native realizó el primer artículo sobre una extraña neumonía que era tratada con extremo cuidado en la ciudad de Nueva York. En el contexto de la discriminación, el artículo era más una queja sobre rumores infundados. Sin embargo, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos ya se encontraba rastreando estos casos de neumonías fatales que normalmente deberían ser poco comunes.
Figura 58. Una extraña enfermedad
asociada a la homosexualidad. El recorte de periódico anterior muestra uno de
los primeros reportes de los medios de comunicación cuando la enfermedad aun no
tenía un nombre. También es el tema de esta famosa canción (YouTube).
Para
junio 5 de 1981 se publicó un reporte de 5 homosexuales muertos por una extraña
neumonía causada por Pneumocystis en la ciudad de
Los Ángeles. Un mes después el Times publicó un reporte de 3 homosexuales
muertos, y adicionalmente se describió al sarcoma de Kaposi como uno de los
síntomas más prevalentes. Un día después el CDC reportó otro grupo de
homosexuales muertos en California relacionados con el sarcoma de Kaposi y la
neumonía por Pneumocystis (Gottlieb
et al., 1981).
Para
fines de 1981 cerca de 121 personas habían muerto por neumonías raras y otros
síntomas asociados. La pandemia aparentaba estar concentrada en las poblaciones
de homosexuales, por lo que no faltaron quienes la bautizaron como cáncer gay.
La catástrofe de 1981 estuvo asociada especialmente a las comunidades de homosexuales de varias ciudades grandes de Estados Unidos. Por esta razón –y adicional a la discriminación contra los homosexuales –la extraña enfermedad fue denominada originalmente como GRID (gay-related immune deficiency) o en español Deficiencia Inmune Asociada a la Homosexualidad (L. Altman, 1982).
Figura 59. Filadelfia. En la película Filadelfia con Tom Hanks podemos
apreciar las consecuencias de la histeria sobre el SIDA y la homosexualidad
aproximadamente a principios de los años 90s y finales de los 80s (Demme, 1993).
Para
junio de 1982 esta era la idea prevalente, por lo que se buscaba algo común al
comportamiento de los homosexuales –como estimulantes sexuales, lubricantes
entre otros –que pudiera afectar al sistema inmune. Adicionalmente la opinión
pública empleo todo el evento para aislar a la comunidad homosexual, lo cual
traería fuertes impactos de la cultura occidental. El 9 de julio un grupo de
haitianos no homosexuales fueron diagnosticados con síntomas asociados al
extraño síndrome como la presencia del antes muy raro sarcoma de Kaposi. Con
estos y otros casos un factor comenzó a hacerse evidente, no todos los casos
eran de homosexuales (CDC,
1982).
El 27
de julio de 1982 fue una convención de líderes homosexuales –y no la comunidad
científica –quien acuñó el término Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida para
reemplazar el término Deficiencia Inmune Asociada a la Homosexualidad (Nobel,
n.d.). Durante el mismo año la
infección terminó por diseminarse alrededor del mundo, mientras que la
comunidad científica empezaba a recopilar información, por ejemplo la
asociación de la disminución de linfocitos asociada al recientemente bautizado
SIDA.
Por
otra parte la diferencia entre etapa aguda y etapa crónica ya empezaba a ser
establecida, pues para 1983 los primeros estudios para la identificación del
agente etiológico detrás del SIDA se basaron principalmente en la inflamación
de los nódulos linfáticos asociados a la etapa aguda (Barre-Sinoussi
et al., 1983).
El
descubrimiento del VIH tiene dos componentes que son igualmente
controversiales, la primera es su descripción como agente etiológico causante
de la etapa de SIDA y la segunda es el descubrimiento de su punto de origen y
de las causas que lo vieron nacer. En términos concretos en la actualidad los
modelos con mayor nivel de aceptación por parte de la comunidad científica son
(1) el VIH es el agente etiológico causante de la etapa llamada SIDA aunque hay
que anotar que el VIH no es la única causa para una inmunodeficiencia; (2) El
VIH evolucionó por recombinación por una
zoonosis de varias cepas del Virus de inmunodeficiencia de los simios ya fuera
en el chimpancé o en los humanos y se ha originado como mínimo 4 veces de forma
independiente (Hemelaar,
2012).
A pesar
del consenso científico existe una gran cantidad de debates externalistas que
aprovechan los debates y controversias internalistas de las comunidades
científicas a finales de la década de los 80s y principio de los 90s sobre la
relación de causalidad entre VIH y SIDA. La primera parte de esta serie de
artículos tratará sobre el origen del VIH, cuestión de la que ya hemos abordado
detalles en la sección de la taxonomía del VIH y sus tipos. Posteriormente
abordaremos la controversia entre los grupos de investigación norteamericano y
francés por la primera descripción del VIH, y como esta controversia
internalista ha provocado el origen de suspicacias al exterior de la comunidad
de expertos sobre el VIH.
Existe
una agria disputa sobre la prioridad de la primera descripción del VIH como
agente causante del SIDA entre dos grupos de investigación, el primero liderado
por Luc Montagnier del instituto Pasteur de Francia y el segundo liderado por
Robert Gallo del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos (Prusiner,
2002).
La
lucha de prioridades científicas sería disparada por el grupo de Gallo quien en
1984 recibiría gran atención mediática por el "descubrimiento de virus
causante del SIDA", cuestión que iba en contra del sistema estandarizado
de prioridades y reconocimiento científico, basado en la prevalencia de las
fechas de publicación en las revistas especializadas (Popovic,
Sarngadharan, Read, & Gallo, 1984).
A pesar
de lo anterior, los dos grupos de investigación, los dos institutos de
investigación, e incluso políticos de los dos países se enfrascaron en un
amargo debate que pudo haberse resuelto atendiendo al sistema de reconocimiento
científico, que sin duda le daría la prioridad al grupo de investigación de
Montagnier, pero en el que la preeminencia para el descubrimiento del virus
debió haber sido adjudicado a una mujer, Françoise Barré-Sinoussi (Prusiner,
2002).
Françoise
Barré-Sinoussi es definitivamente quien debe recibir el crédito por el
descubrimiento del VIH, en enero de 1983 ella junto con el grupo de
investigación del instituto Pasteur extrajo material de nódulos linfáticos de
homosexuales que los presentaban inflamados. En los meses posteriores se
obtuvieron muestras de más individuos homosexuales y heterosexuales hemofílicos
(Barre-Sinoussi
et al., 1983). En las muestras se aislaron
evidencias de un retrovirus que mataba los linfocitos T, cuestión que no era
rara ya que unos años antes el grupo de investigación de Gallo ya había
reportado el primero y segundo de estos nuevos retrovirus llamados Virus
T-linfotrópico humano 1 y 2 en 1981-1982.
El
artículo de Barré-Sinoussi termina con una caracterización del nuevo retrovirus
y una asociación tentativa a la etapa de SIDA, por lo que los trabajos
posteriores serían una confirmación o refutación de sus hallazgos, pero en
cualquiera de los casos la prioridad la recibe el primero que la reporta. El
virus fue denominado Virus Asociando a la Linfadenopatía VAL, es decir un virus
asociado a la inflamación de los ganglios linfáticos con tropismo por los
linfocitos T.
El
propio Robert Gallo fue árbitro para la publicación del artículo de
Barré-Sinoussi y colaboradores de 1983 y debido a su experiencia con los
retrovirus que atacan los linfocitos T se encontraba trabajando ya en el
asunto. El ataque de gallo se produce en 1984 publicando no uno sino cuatro
artículos sobre el tema, en este sentido Gallo lo bautiza siguiendo su sistema
de codificación HTLV “Virus T-linfotrópico humano” en este caso HTLV-3 a pesar
de que Barré-Sinoussi y colaboradores ya habían reportado las diferencias que
existían entre los dos grupos de retrovirus (Popovic
et al., 1984).
El
problema es que Gallo introdujo un factor que generalmente no está asociado a
los trabajos científicos y es los medios de comunicación. El trabajo de Gallo
se hizo altamente mediático en los Estados Unidos, con lo cual se lo asoció a
él con el descubrimiento del virus causante del SIDA.
A
diferencia de lo que generalmente se piensa, las ciencias exactas no son tan
exactas, especialmente la biología. El descubrimiento del VIH está asociado a
las fechas de 1984-1983 pero el asunto no fue tan fácil. Para 1985 los grupos
de Francia y Estados Unidos aún estaban enfrascados en la disputa por la
preeminencia, y el argumento que empleó el grupo de Gallo fue que el virus
aislado por el grupo francés no era el causante del SIDA pero el suyo sí.
En 1985
los dos grupos publicaron las secuencias genéticas de sus respectivos virus.
Uno de los primeros resultados fue que el virus no pertenecía a la familia de
los HTLV como había estado defendiendo Gallo. El segundo resultado es que ambos
habían aislado el mismo virus, lo cual implicaba que a pesar de lo complejo de
los métodos de Gallo para aislar el virus lo había logrado de forma
independiente, pero cronológicamente después del grupo francés.
Lo
anterior contrastaba con la comunidad científica y con los propios artículos de
Gallo que citaban a Barré-Sinoussi como precedente en la investigación,
aislamiento y caracterización. Algunos plantean que todo el royo mediático fue
creado por el gobierno de Ronald Reagan para aparentar ante la opinión pública
que su gobierno estaba realizando grandes avances con respecto a la epidemia a
mediados de los 80s. En cualquier caso. aunque Gallo no estuviera directamente
implicado todo el alboroto le pasaría factura al ser excluido del premio Nobel
en 2008.
Los
científicos no son santos ni pretenden serlo, y la ciencia moderna es un motor
de la economía capitalista y no se debería intentar ocultarlo, eso es algo
pretencioso y da para malos entendidos. No nos equivoquemos en este sentido,
los grupos de investigación no viven de ilusiones sino de subvenciones que
emergen del patrocinio y las patentes. El grupo de investigación que ganara la
lucha de las prioridades tendría un flujo de efectivo para sostener más
investigaciones, mejores sueldos, más becarios y mejores investigaciones
futuras. Todos soñamos con progresar en ese sentido, y quien no lo sea es un
tonto.
Anteriormente
hemos mencionado que uno de los aspectos importantes de la identificación del
virus causante del SIDA fue su caracterización, lo cual incluía mecanismos para
su identificación, lo que para la época implicaba necesariamente pruebas
serológicas –las pruebas de ELISA y Westernblot se empleaban para la mayoría de
los virus ya que estos no se identifican por microscopio.
En
cualquier caso, la lucha de las prioridades terminó con un acceso compartido de
ambos grupos de investigación a las patentes, son sin una enorme controversia.
Sin embargo, el grupo francés si gozó de un mayor prestigio, ya que el artículo
de 1983 circuló más y fue más citado por la comunidad de especialistas que el
de Gallo.
Los
científicos no solo buscan dinero, sino también la gloria del reconocimiento de
sus pares, de hecho, los dineros por las patentes se emplean para financiar más
y mejores investigaciones. Gallo ganó la parte de las patentes, pero a largo
plazo la gloria se le escaparía.
En 2008 el premio Nobel por el descubrimiento del VIH causante del SIDA fue dado únicamente a Barré-Sinoussi y a Montagnier excluyendo a Gallo del galardón –cuestión por la cual se ha quejado. Sin embargo cabe anotar que los miembros directamente involucrados en todo este enredo no poseyeron ninguna mala intención posteriormente, de hecho para el año de 2008 todos los involucrados escribieron artículos en conjunto de revisión sobre el VIH y el SIDA, sin embargo la exclusión del Nobel será algo que acompañe a Gallo el resto de su vida (Cohen & Enserink, 2008; Weiss, 2008).
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