domingo, 11 de julio de 2021

Descubrimiento del VIH y el SIDA

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Debido a la etapa de latencia del VIH cuando se tiene un muerto que da positivo para el virus uno debe calcular unos 10-20 años hacia atrás para la infección. En el año 2014 estudios computacionales han calculado que el origen del VIH se encuentra cerca de 1920 lo cual es congruente con otros estudios que lo presentaban cerca del intervalo de 1809-1918. La mayor parte de los estudios ubican geográficamente el origen de la infección en la ciudad de Kinshasa de la República Democrática del Congo. Esta ciudad se encuentra cerca de la costa occidental del África central (Faria et al., 2014; Hemelaar, 2012).

Robert Rayford. A pesar de que el SIDA era ya una enfermedad diseminada en países africanos, el primer paciente con un nombre propio es un caucásico -que ironía -Robert Rayford murió en 1969 por problemas pulmonares, probablemente causada por la neumonía de P. jirovencii.

Figura 57. Robert Rayford. A pesar de que el SIDA era ya una enfermedad diseminada en países africanos, el primer paciente con un nombre propio es un caucásico -que ironía -Robert Rayford murió en 1969 por problemas pulmonares, probablemente causada por la neumonía de P. jirovencii.

Las primeras muestras del virus han sido encontradas en dicha ciudad de pacientes que murieron en 1959 –lo que implica puntos de infección cerca de 1949 o anterior. Específicamente dos muestras una proveniente de un hombre y otra de una mujer revelan ser cepas del VIH-1 D y del VIH-1 A (Worobey et al., 2008). La presencia de los subtipos del VIH en muestras tan antiguas favorece la hipótesis de un origen cercano al principio de siglo, ya que entre más antiguo es un virus más diversidad posee. Desde este punto los casos confirmados del VIH son relativamente esporádicos, pero muchos de ellos están relacionados con contactos con poblaciones africanas. Algunos de los casos más famosos son: el paciente cogolés “1959” (Zhu et al., 1998), Robert Rayford  “1969” (Garry et al., 1988), Arvid Noe “1976” (Froland et al., 1988), Grethe Rask “1977” (Lazarus et al., 2013) entre otros.

Para 1981 la cosa se puso seria, especialmente por la prevalencia del VIH al interior de las comunidades de homosexuales de Estados Unidos. El 18 de mayo de 1981 un periódico gay llamado New York Native realizó el primer artículo sobre una extraña neumonía que era tratada con extremo cuidado en la ciudad de Nueva York. En el contexto de la discriminación, el artículo era más una queja sobre rumores infundados. Sin embargo, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos ya se encontraba rastreando estos casos de neumonías fatales que normalmente deberían ser poco comunes.

Una extraña enfermedad asociada a la homosexualidad. El recorte de periódico anterior muestra uno de los primeros reportes de los medios de comunicación cuando la enfermedad aun no tenía un nombre. También es el tema de esta famosa canción (YouTube).

Figura 58. Una extraña enfermedad asociada a la homosexualidad. El recorte de periódico anterior muestra uno de los primeros reportes de los medios de comunicación cuando la enfermedad aun no tenía un nombre. También es el tema de esta famosa canción (YouTube).

Para junio 5 de 1981 se publicó un reporte de 5 homosexuales muertos por una extraña neumonía causada por Pneumocystis en la ciudad de Los Ángeles. Un mes después el Times publicó un reporte de 3 homosexuales muertos, y adicionalmente se describió al sarcoma de Kaposi como uno de los síntomas más prevalentes. Un día después el CDC reportó otro grupo de homosexuales muertos en California relacionados con el sarcoma de Kaposi y la neumonía por Pneumocystis (Gottlieb et al., 1981).

Para fines de 1981 cerca de 121 personas habían muerto por neumonías raras y otros síntomas asociados. La pandemia aparentaba estar concentrada en las poblaciones de homosexuales, por lo que no faltaron quienes la bautizaron como cáncer gay.

La catástrofe de 1981 estuvo asociada especialmente a las comunidades de homosexuales de varias ciudades grandes de Estados Unidos. Por esta razón –y adicional a la discriminación contra los homosexuales –la extraña enfermedad fue denominada originalmente como GRID (gay-related immune deficiency) o en español Deficiencia Inmune Asociada a la Homosexualidad (L. Altman, 1982).

Filadelfia. En la película Filadelfia con Tom Hanks podemos apreciar las consecuencias de la histeria sobre el SIDA y la homosexualidad aproximadamente a principios de los años 90s y finales de los 80s (Demme, 1993).

Figura 59. Filadelfia. En la película Filadelfia con Tom Hanks podemos apreciar las consecuencias de la histeria sobre el SIDA y la homosexualidad aproximadamente a principios de los años 90s y finales de los 80s (Demme, 1993).

Para junio de 1982 esta era la idea prevalente, por lo que se buscaba algo común al comportamiento de los homosexuales –como estimulantes sexuales, lubricantes entre otros –que pudiera afectar al sistema inmune. Adicionalmente la opinión pública empleo todo el evento para aislar a la comunidad homosexual, lo cual traería fuertes impactos de la cultura occidental. El 9 de julio un grupo de haitianos no homosexuales fueron diagnosticados con síntomas asociados al extraño síndrome como la presencia del antes muy raro sarcoma de Kaposi. Con estos y otros casos un factor comenzó a hacerse evidente, no todos los casos eran de homosexuales (CDC, 1982).

El 27 de julio de 1982 fue una convención de líderes homosexuales –y no la comunidad científica –quien acuñó el término Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida para reemplazar el término Deficiencia Inmune Asociada a la Homosexualidad (Nobel, n.d.). Durante el mismo año la infección terminó por diseminarse alrededor del mundo, mientras que la comunidad científica empezaba a recopilar información, por ejemplo la asociación de la disminución de linfocitos asociada al recientemente bautizado SIDA.

Por otra parte la diferencia entre etapa aguda y etapa crónica ya empezaba a ser establecida, pues para 1983 los primeros estudios para la identificación del agente etiológico detrás del SIDA se basaron principalmente en la inflamación de los nódulos linfáticos asociados a la etapa aguda (Barre-Sinoussi et al., 1983).

El descubrimiento del VIH tiene dos componentes que son igualmente controversiales, la primera es su descripción como agente etiológico causante de la etapa de SIDA y la segunda es el descubrimiento de su punto de origen y de las causas que lo vieron nacer. En términos concretos en la actualidad los modelos con mayor nivel de aceptación por parte de la comunidad científica son (1) el VIH es el agente etiológico causante de la etapa llamada SIDA aunque hay que anotar que el VIH no es la única causa para una inmunodeficiencia; (2) El VIH evolucionó por recombinación  por una zoonosis de varias cepas del Virus de inmunodeficiencia de los simios ya fuera en el chimpancé o en los humanos y se ha originado como mínimo 4 veces de forma independiente (Hemelaar, 2012).

A pesar del consenso científico existe una gran cantidad de debates externalistas que aprovechan los debates y controversias internalistas de las comunidades científicas a finales de la década de los 80s y principio de los 90s sobre la relación de causalidad entre VIH y SIDA. La primera parte de esta serie de artículos tratará sobre el origen del VIH, cuestión de la que ya hemos abordado detalles en la sección de la taxonomía del VIH y sus tipos. Posteriormente abordaremos la controversia entre los grupos de investigación norteamericano y francés por la primera descripción del VIH, y como esta controversia internalista ha provocado el origen de suspicacias al exterior de la comunidad de expertos sobre el VIH.

Existe una agria disputa sobre la prioridad de la primera descripción del VIH como agente causante del SIDA entre dos grupos de investigación, el primero liderado por Luc Montagnier del instituto Pasteur de Francia y el segundo liderado por Robert Gallo del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos (Prusiner, 2002).

La lucha de prioridades científicas sería disparada por el grupo de Gallo quien en 1984 recibiría gran atención mediática por el "descubrimiento de virus causante del SIDA", cuestión que iba en contra del sistema estandarizado de prioridades y reconocimiento científico, basado en la prevalencia de las fechas de publicación en las revistas especializadas (Popovic, Sarngadharan, Read, & Gallo, 1984).

A pesar de lo anterior, los dos grupos de investigación, los dos institutos de investigación, e incluso políticos de los dos países se enfrascaron en un amargo debate que pudo haberse resuelto atendiendo al sistema de reconocimiento científico, que sin duda le daría la prioridad al grupo de investigación de Montagnier, pero en el que la preeminencia para el descubrimiento del virus debió haber sido adjudicado a una mujer, Françoise Barré-Sinoussi (Prusiner, 2002).

Françoise Barré-Sinoussi es definitivamente quien debe recibir el crédito por el descubrimiento del VIH, en enero de 1983 ella junto con el grupo de investigación del instituto Pasteur extrajo material de nódulos linfáticos de homosexuales que los presentaban inflamados. En los meses posteriores se obtuvieron muestras de más individuos homosexuales y heterosexuales hemofílicos (Barre-Sinoussi et al., 1983). En las muestras se aislaron evidencias de un retrovirus que mataba los linfocitos T, cuestión que no era rara ya que unos años antes el grupo de investigación de Gallo ya había reportado el primero y segundo de estos nuevos retrovirus llamados Virus T-linfotrópico humano 1 y 2 en 1981-1982.

El artículo de Barré-Sinoussi termina con una caracterización del nuevo retrovirus y una asociación tentativa a la etapa de SIDA, por lo que los trabajos posteriores serían una confirmación o refutación de sus hallazgos, pero en cualquiera de los casos la prioridad la recibe el primero que la reporta. El virus fue denominado Virus Asociando a la Linfadenopatía VAL, es decir un virus asociado a la inflamación de los ganglios linfáticos con tropismo por los linfocitos T.

El propio Robert Gallo fue árbitro para la publicación del artículo de Barré-Sinoussi y colaboradores de 1983 y debido a su experiencia con los retrovirus que atacan los linfocitos T se encontraba trabajando ya en el asunto. El ataque de gallo se produce en 1984 publicando no uno sino cuatro artículos sobre el tema, en este sentido Gallo lo bautiza siguiendo su sistema de codificación HTLV “Virus T-linfotrópico humano” en este caso HTLV-3 a pesar de que Barré-Sinoussi y colaboradores ya habían reportado las diferencias que existían entre los dos grupos de retrovirus (Popovic et al., 1984).

El problema es que Gallo introdujo un factor que generalmente no está asociado a los trabajos científicos y es los medios de comunicación. El trabajo de Gallo se hizo altamente mediático en los Estados Unidos, con lo cual se lo asoció a él con el descubrimiento del virus causante del SIDA.

A diferencia de lo que generalmente se piensa, las ciencias exactas no son tan exactas, especialmente la biología. El descubrimiento del VIH está asociado a las fechas de 1984-1983 pero el asunto no fue tan fácil. Para 1985 los grupos de Francia y Estados Unidos aún estaban enfrascados en la disputa por la preeminencia, y el argumento que empleó el grupo de Gallo fue que el virus aislado por el grupo francés no era el causante del SIDA pero el suyo sí.

En 1985 los dos grupos publicaron las secuencias genéticas de sus respectivos virus. Uno de los primeros resultados fue que el virus no pertenecía a la familia de los HTLV como había estado defendiendo Gallo. El segundo resultado es que ambos habían aislado el mismo virus, lo cual implicaba que a pesar de lo complejo de los métodos de Gallo para aislar el virus lo había logrado de forma independiente, pero cronológicamente después del grupo francés.

Lo anterior contrastaba con la comunidad científica y con los propios artículos de Gallo que citaban a Barré-Sinoussi como precedente en la investigación, aislamiento y caracterización. Algunos plantean que todo el royo mediático fue creado por el gobierno de Ronald Reagan para aparentar ante la opinión pública que su gobierno estaba realizando grandes avances con respecto a la epidemia a mediados de los 80s. En cualquier caso. aunque Gallo no estuviera directamente implicado todo el alboroto le pasaría factura al ser excluido del premio Nobel en 2008.

Los científicos no son santos ni pretenden serlo, y la ciencia moderna es un motor de la economía capitalista y no se debería intentar ocultarlo, eso es algo pretencioso y da para malos entendidos. No nos equivoquemos en este sentido, los grupos de investigación no viven de ilusiones sino de subvenciones que emergen del patrocinio y las patentes. El grupo de investigación que ganara la lucha de las prioridades tendría un flujo de efectivo para sostener más investigaciones, mejores sueldos, más becarios y mejores investigaciones futuras. Todos soñamos con progresar en ese sentido, y quien no lo sea es un tonto.

Anteriormente hemos mencionado que uno de los aspectos importantes de la identificación del virus causante del SIDA fue su caracterización, lo cual incluía mecanismos para su identificación, lo que para la época implicaba necesariamente pruebas serológicas –las pruebas de ELISA y Westernblot se empleaban para la mayoría de los virus ya que estos no se identifican por microscopio.

En cualquier caso, la lucha de las prioridades terminó con un acceso compartido de ambos grupos de investigación a las patentes, son sin una enorme controversia. Sin embargo, el grupo francés si gozó de un mayor prestigio, ya que el artículo de 1983 circuló más y fue más citado por la comunidad de especialistas que el de Gallo.

Los científicos no solo buscan dinero, sino también la gloria del reconocimiento de sus pares, de hecho, los dineros por las patentes se emplean para financiar más y mejores investigaciones. Gallo ganó la parte de las patentes, pero a largo plazo la gloria se le escaparía.

En 2008 el premio Nobel por el descubrimiento del VIH causante del SIDA fue dado únicamente a Barré-Sinoussi y a Montagnier excluyendo a Gallo del galardón –cuestión por la cual se ha quejado. Sin embargo cabe anotar que los miembros directamente involucrados en todo este enredo no poseyeron ninguna mala intención posteriormente, de hecho para el año de 2008 todos los involucrados escribieron artículos en conjunto de revisión sobre el VIH y el SIDA, sin embargo la exclusión del Nobel será algo que acompañe a Gallo el resto de su vida (Cohen & Enserink, 2008; Weiss, 2008).

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