domingo, 11 de julio de 2021

VIH, historia y sociedad

(Ciencias de Joseleg)(Biología)(Reproducción en los seres vivos)( Enfermedades reproductivas) (Introducción)(Generalidades)(Introducción al VIH)(Etapas de la infección por VIH)(Virus oportunistas)(Bacterias oportunistas)(Protistos oportunistas)(Hongos oportunistas)(Otros síntomas del SIDA)(Transmisión y contagio)(SIDA infantil)(Taxonomía)(Genética)(Como ingresa el VIH al cuerpo, tropismo)(Respuesta inmune)(Ciclo de vida del VIH)(Diversidad y adaptabilidad del VIH)(Diagnostico)(Efecto del VIH en el sistema inmune)(Prevención, tratamiento y epidemiología del VIH)(Descubrimiento del VIH y el SIDA)(VIH, historia y sociedad)(Controversias sociales y negacionismo del VIH y el SIDA)(Algunas infecciones de transmisión sexual)(Desordenes reproductivos masculinos)(Desordenes reproductivos femeninos)(Referencias bibliográficas)

 

 

 En capítulos anteriores hemos visto que la taxonomía del VIH se rastrea al VIS de los primates africanos, el punto sobre la taxonomía exacta puede discutirse, pero es un hecho que el VIH evolucionó varias veces de forma independiente. Ahora examinaremos factores ecológicos, sociales y económicos que permitieron su desarrollo y escape de África. Es primordial pensar el origen del VIH en términos integrativos de las áreas de geografía, historia, economía, así como de ecología y virología para tener un panorama unificado de la ruta más probable para su propagación.

El Congo Belga. La zona del centro occidente de África es la región de origen del VIH-1 y también es la zona con más riesgo para la infección con Ébola. Mientras el continente africano y otras regiones selváticas e inexploradas sigan siendo explotados, la aparición de nuevas infecciones emergentes por zoonosis, se convertirán en titulares cada vez más comunes.

Figura 60. El Congo Belga. La zona del centro occidente de África es la región de origen del VIH-1 y también es la zona con más riesgo para la infección con Ébola. Mientras el continente africano y otras regiones selváticas e inexploradas sigan siendo explotados, la aparición de nuevas infecciones emergentes por zoonosis, se convertirán en titulares cada vez más comunes.

Una zoonosis es una infección accidental de un parásito que se encuentra adaptado para sobrevivir sin mayores complicaciones en un reservorio natural. Esta definición es básica, y por lo tanto fácil de olvidar a la hora de crear hipótesis sobre el origen del VIH, especialmente entre aquellos adherentes a las teorías de la conspiración (Gao et al., 1999). Pero, ¡hey! Igual sirve para echarle el pato al capitalismo salvaje a los ultramalignos imperios coloniales por una razón, el descuido ecológico. Los virus de la inmunodeficiencia en los simios son extremadamente antiguos y conviven muy bien en sus propios reservorios –claro está que entre uno y otro reservorio también se presentan zoonosis mortales, pero es raro –a menos que exista algo que afecte el equilibrio ecológico(Worobey et al., 2010).

A principios del siglo XX el colonialismo europeo había convertido a África en una despensa de recursos naturales: pieles exóticas, animales raros, maderas finas, gemas preciosas todas debían obtenerse más y más profundo en las selvas. Esto conllevó a que los seres humanos entraran cada vez más en contacto con reservorios de virus con los que nunca antes habían tenido contacto conllevando a la aparición de nuevas enfermedades (Sharp et al., 2001). El VIH no es el único virus emergente en el siglo XX por zoonosis de territorios que nunca debieron ser explotados, otras infecciones famosas son el Ébola, la fiebre de Lessa, el virus de Marburg, el virus del este del Nilo (Alonso & Cox, 2015).

Carne de monte. Esta alta prevalencia explica la razón del origen polifilético del VIH, debido a que los humanos son un reservorio anormal de varios tipos de VIH pueden existir recombinaciones accidentales, de las cuales cuatro han dado origen a una infección que deprime el sistema inmune humano, a diferencia del VIS comunes que causan síntomas muy leves.

Figura 61. Carne de monte. Esta alta prevalencia explica la razón del origen polifilético del VIH, debido a que los humanos son un reservorio anormal de varios tipos de VIH pueden existir recombinaciones accidentales, de las cuales cuatro han dado origen a una infección que deprime el sistema inmune humano, a diferencia del VIS comunes que causan síntomas muy leves.

Identificar el punto de recombinación que dio origen al VIH es complejo, pero existen dos especies posibles, nosotros los seres humanos y los chimpancés. La razón es que ambas especies tienen hábitos deprecatorios, con lo cual consumen carne de otros primates, lo cual hace de ambas especies un punto de encuentro de diferentes cepas del virus de la inmunodeficiencia en simios (Sharp et al., 2001).

En África y otras partes del mundo se tiene la costumbre de cazar animales selváticos por su carne para el consumo, lo cual no es malo en sí mismo, el problema es que las poblaciones crecientes de seres humanos provocan más presión y la necesidad de cazar animales cada vez más raros que son reservorios de infinidad de infecciones, sean estas conocidas –tuberculosis, rabia, fiebre amarilla, paperas –o sean estas emergentes Éébola, Marburg, Lessa.

La razón no es solo la cacería sino el hecho de que la carne no es preparada adecuadamente, existen prácticas de consumo directo de carne por parte de los cazadores, así como de carne deshidratada. Adicionalmente cuando se corta la carne pueden existir lesiones accidentales del carnicero, o cuando se calienta la carne algunas secciones no quedan bien cocinadas y no falta el que le gusta el sabor de la sangre de una carne poco cocinada. Un estudio de 2009 en África Central demostró que el 2.3% de la población posee antígenos para el Virus de la Inmunodeficiencia en Simios en la población general; pero en las áreas rurales ese porcentaje podía elevarse al 17.1% (Kalish et al., 2005).

Los cazadores de África han comido carne cruda desde que nuestra especie evolucionó, así que la pregunta evidente es ¿Por qué en el siglo XX? La respuesta ya la hemos abordado en los factores sociales generales para la mayor parte de las Infecciones de Transmisión Sexual y fueron las relaciones de poder asimétricas entre los grandes imperios colonialistas europeos del siglo XIX y principios del XX con las poblaciones colonizadas. Los hombres fueron forzados a ser una mano de obra barata que debía mantenerse fuerte para tener altos índices de productividad, mientras que muchas de las niñas sin mayores oportunidades terminaban en los prostíbulos de las nacientes ciudades coloniales, las cuales también estaban conectadas a las metrópolis imperiales por medios de puertos (Sharp et al., 2001).

Vacunación primitiva. Algunas de las prácticas de vacunación involucraban hasta 10 inyecciones en un solo individuo al año, y algunas de ellas se realizaban vía intravenosa con jeringas de vidrio reutilizadas. Investigaciones han determinado que el VIS puede adaptarse con mayor efectividad a una nueva especie si se realiza inyecciones rápidas durante la etapa aguda tan solo unas tres o cuatro veces (Drucker, Alcabes, & Marx, 2001; Marx, Alcabes, & Drucker, 2001).

Figura 62. Vacunación primitiva. Algunas de las prácticas de vacunación involucraban hasta 10 inyecciones en un solo individuo al año, y algunas de ellas se realizaban vía intravenosa con jeringas de vidrio reutilizadas. Investigaciones han determinado que el VIS puede adaptarse con mayor efectividad a una nueva especie si se realiza inyecciones rápidas durante la etapa aguda tan solo unas tres o cuatro veces (Drucker, Alcabes, & Marx, 2001; Marx, Alcabes, & Drucker, 2001).

pico del colonialismo fue precisamente los años 20s del siglo XX, estos cambios sociales en áfrica también incluyeron cambios en el uso de los recursos de la selva y un cambio de relación general entre el ser humano y los animales que allí vivían (Sharp et al., 2001). Adicionalmente, la destrucción del sistema de valores tribal favoreció la aparición de nuevas conductas sexuales mucho más promiscuas en las ciudades que favorecieron el desarrollo y dispersión inicial del VIH. De hecho todo este es sinérgico, por un lado ITS traídas de Europa como la sífilis y las úlceras genitales se dispersaron en la población local de prostitutas de cada ciudad, estas úlceras favorecían la infección de los recombinantes del VIS entre los cuales se encontraba el VIH (Sharp et al., 2001).

Sin embargo, con el VIH circulando, existieron otras prácticas impuestas y realizadas de forma poco sanitaria que pudieron favorecer aún más la prevalencia de los recombinantes del VIS durante la primera mitad del siglo XX, ausentes en otros siglos y que por lo tanto explican la emergencia cronológica del flagelo del SIDA.

Si tu economía depende de una población de trabajadores económicos, lo primero que deseas es que se encuentren fuertes para el trabajo, y para ello lo más conveniente es que no presenten enfermedades debilitantes que afecten la productividad de la población. En este orden de ideas, varias campañas de vacunación contra infecciones de este tipo fueron realizadas en el África subsahariana desde 1910 y por todo el siglo XX. Debemos recordar que las buenas prácticas de manejo de jeringas hipodérmicas son una consecuencia del SIDA, en aquel tiempo se empleaban émbolos de vidrio y las jeringas se reciclaban de un paciente a otro, si es que la situación lo ameritaba (Drucker et al., 2001; Marx et al., 2001).

Finalmente, las costumbres sexuales africanas favorecen mucho la transmisión de la ITS. Estas costumbres pueden dividirse en dos categorías, comportamientos sociales y modificaciones fisiológicas. En los comportamientos sociales se puede encontrar el incremento en la promiscuidad de las poblaciones que perdieron los lazos con sus valores tribales, estas sociedades son generalmente machistas y muy promiscuas, los hombres comúnmente poseen una gran cantidad de compañeras sexuales lo cual favorece la transmisión y prevalencia de las ITS. Por otra parte, se encuentran las prácticas de modificación fisiológica como la ablación del sistema reproductor femenino y el sexo en seco.

La ablación es la destrucción de las partes del sistema reproductor femenino vinculadas con el placer sexual con el fin de asegurar la fidelidad de la esposa, aunque la institucionalidad de los gobiernos a través de las escuelas advierte sus peligros, aún sigue siendo una práctica culturalmente arraigada (Fuller, 2008). En segunda instancia está el sexo en seco, es decir el uso de arena y otras sustancias en el pene y la vagina que impiden una adecuada lubricación durante el acto sexual, esto favorece el sangrado y el contacto de fluidos con una alta carga de patógenos entre los cuales está el VIH (Schwandt, Morris, Ferguson, Ngugi, & Moses, 2006).

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