martes, 29 de junio de 2021

Anatomía del sistema reproductor femenino

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El sistema reproductivo femenino posee dos componentes principales, los ovarios que se encargan de producir el gameto femenino maduro denominado óvulo y segrega varias hormonas como las progestinas, los andrógenos y los estrógenos. El segundo componente del sistema reproductor femenino es un sistema de ductos que transportan al óvulo, siendo el lugar de unión del óvulo con el espermatozoide, y la zona por donde los espermatozoides deben viajas desde que son depositados en la vagina en el coito.

Figura 39. Sistema reproductor femenino. En este modelo se presentan los detalles del sistema reproductor femenino (YouTube)(YouTube).

La morfología y funcionalidad de estas estructuras cambian de forma asociada al ciclo menstrual ya que están influenciadas por las hormonas reproductivas. El sistema reproductor femenino está compuesto por la vagina, el útero, los tubos de Falopio, la cérvix y los ovarios.

Los ovarios se encuentran en la sección pélvica de la cavidad abdominal de forma especular, es decir, hay dos ovarios uno a la derecha y el otro a la izquierda, cada uno siendo el reflejo del otro. Los ovarios se encuentran anclados en su posición a través de una serie de ligamentos. En el adulto, el ovario puede pesar entre 8 y 12 gramos y consiste en una corteza externa y una medula interna, sin una demarcación clara. El córtex contiene los ovocitos encerrados en folículos ováricos de varios tamaños, el cuerpo lúteo, el cuerpo albicante, y las células del estroma. La médula contiene tejido conectivo e intersticial. Una serie de vasos sanguíneos, linfáticos y nervios ingresan a la médula del ovario a través del hilus.

También conocido como oviducto o trompas de Falopio, es la estructura que se encarga de recibir el óvulo cuando este es liberado por el ovario y proveen un ambiente adecuado para la formación y desarrollo del embrión desde el cigoto hasta el blastocito. Los oviductos tienen un largo de 10 a 15 centímetros de largo y se dividen en tres regiones secuencias denominadas infundíbulo, ámpula e istmo. El infundíbulo se encuentra adyacente al ovario y se abren hacia la región del peritoneo.

Los ovarios no están conectados a las trompas de Falopio mecánicamente de manera continua, en su lugar hay una abertura que da al peritoneo, lo cual crea el riesgo de que un embrión sea liberado de forma externa. Normalmente las trompas de Falopio y sus fimbrias se proyectan hacia el ovario para capturar el óvulo liberado. Si un óvulo que ha escapado a la trompa de Falopio es fecundado por espermatozoides pueden conllevar a una condición patológica muy peligrosa conocida como embarazo ectópico, en la cual el embrión y el feto se desarrolla fuera del útero.

De hecho, existe una amplia variedad de embarazos ectópicos, el que acabamos de describir es en el embarazo ectópico abdominal o del peritoneo, sin embargo, un embrión puede implantarse en otras regiones del sistema reproductivo: ovarios, infundibular, ampular, intersticial, y cervical.

Figura 40. Estructura y función de los ovarios. En este modelo del ovario se muestra el desarrollo de los folículos primordiales pasando por la ovulación y la generación del cuerpo lúteo. Los óvulos se desarrollan al interior de los folículos, y cuando el folículo pierde su óvulo en la ovulación pasa a llamarse cuerpo lúteo.

Las puntas de las trompas de Falopio tienen una estructura en forma de trompeta con unas terminaciones en forma de dedos denominadas fimbrias, su función es la de facilitar la captura del embrión liberado por el ovario al momento de la ruptura folicular.

La ámpula es la región de la fertilización, posee una capa muscular muy delgada y una capa muy bien desarrollada de mucosa.

El istmo se localiza en la unión con el útero y posee un lumen muy estrecho rodeado por músculo liso. Su estructura es semejante a un esfínter y puede obstruir el paso de los espermatozoides.

Figura 41. Trompas de Falopio y estructuras asociadas.

Figura 42. Embarazos ectópicos.

Las trompas de Falopio transportan las células reproductivas en dos direcciones. Los espermatozoides deben viajar desde el útero en dirección de los ovarios guiados por hormonas liberadas por el óvulo maduro. En la dirección opuesta, el embrión fecundado avanza hacia el útero, al mismo tiempo pasa por las etapas de cigoto, clivajes, mórula y blastocito, momento en el cual sale de la trompa de Falopio y llega al útero. El movimiento de las células a través de las trompas de Falopio se encuentra mediado por contracciones peristálticas de musculo liso, movimientos ciliares y secreción de fluidos, todas las cuales se encuentra reguladas por hormonas y neurotransmisores.

El útero se encuentra ubicado entre la vejiga urinaria y el recto. En la parte superior se encuentra ubicadas las conexiones a cada una de las trompas de Falopio. Hacia la parte inferior el útero se cierra hacia una estructura denominada cérvix. El útero está compuesto por dos tipos de tejido:

 (1) La parte externa se denomina miometrio, y está compuesto por varias capas de músculo liso contráctil capaz de realizar movimientos peristálticos. La parte interna de denomina endometrio, el cual posee una capa de estroma profundo cerca al miometrio y una capa superficial de células epiteliales.

 (2) El estroma es permeado por arterias en espiral y contiene gran cantidad de tejido conectivo. Las glándulas uterinas que también penetran en el estroma se encuentran delimitadas con células secretoras en colma las cuales interrumpen en la capa epitelial.

La cérvix es una estructura en forma de cuello, también denominada cuello uterino, se trata de un estrecho canal muscular que conecta la vagina con el cuerpo de útero. Posee la capacidad de dilatarse en respuesta a señales hormonales en el momento de expulsión del feto. La cerviz posee numerosas glándulas con un epitelio columnar que produce mucosa bajo el control del estradiol. A mayor actividad folicular durante el ciclo menstrual la cantidad de estradiol se incrementa, y en consecuencia la mucosa cervical cambia su densidad, desde un material muy denso y casi seco, hasta una sustancia acuosa y difusa. La cérvix sirve como una barrera para los espermatozoides. Al inicio del ciclo menstrual la cérvix está cerrada y seca, lo cual disminuye la probabilidad de supervivencia de los espermatozoides. Simultáneamente las hormonas en esta etapa del ciclo menstrual inducen un bajo deseo sexual por parte de la mujer. Una vez que se alcanzan los picos de hormonas sexuales, la cérvix se expande y libera mucosa que favorece la supervivencia de los espermatozoides, simultáneamente el comportamiento de la mujer cambia presentando un mayor deseo sexual.

La vagina es una estructura muy bien irrigada por el sistema circulatorio. Se encuentra demarcada por varias capas de epitelio que cambia histológicamente durante el ciclo menstrual. Cuando los niveles de estradiol son bajos como durante la etapa prepubertal y postmenopausica, el epitelio vaginal es duro y las secreciones son escasas, resultando en una textura seca, anterior conlleva a una alta susceptibilidad a las infecciones. El estradiol favorece la proliferación y cornificación del epitelio vaginal, mientras que la progesterona se opone a estas acciones induciendo la proliferación de leucocitos polimorfonucleares en los fluidos vaginales disminuyendo la probabilidad de infecciones. El estradiol también activa las glándulas vaginales produciendo fluidos lubricantes durante el coito.

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